El 7 de octubre un nuevo ciclo de terror y violencia armada sin precedentes ha surgido en Oriente Próximo. Mil doscientos civiles israelíes perdieron la vida en atentados terroristas organizados por Hamás en territorio israelí y decenas de rehenes siguen secuestrados. La respuesta militar inmediata lanzada por el gobierno colonial de extrema derecha de B. Netanyahu está añadiendo guerra a la guerra, caos al caos, muerte a la muerte: casi 20.000 hasta la fecha, según fuentes gazatíes, incluido un número masivo de niños.
Ningún crimen repara un crimen. La guerra entre Israel y Hamás es el síntoma del fracaso de una solución política, pero también de la negación de ella misma. Aun así esa solución política está reclamada valientemente por las familias de rehenes israelíes que manifiestan en Tel Aviv. La construcción de esta respuesta política, inseparable de un alto el fuego inmediato y que abra la perspectiva de una paz justa y duradera, puede contar con los hombres y mujeres dispuestos a ser sus artífices.
Del lado israelí, la figura de la paz ha venido a menudo de antiguos soldados. Del lado palestino, una figura conocida que lleva 21 años encarcelado en prisiones israelíes encarna la perspectiva de paz: Marwan Barghouti, miembro del Consejo Legislativo Palestino.
¿Por qué este hombre? Popular entre su pueblo, fiel a las convicciones del movimiento nacional palestino, crítico con el estancamiento de la era post-Oslo, ha demostrado en varias ocasiones que puede impulsar la solución de los dos Estados, dentro de la arquitectura de las resoluciones de la ONU y las fronteras de 1967.
Todos los diplomáticos y expertos en la situación de Oriente Próximo saben que la liberación inmediata del que ha sido apodado el « Mandela palestino » es una de las claves de la solución política que los pueblos palestino e israelí necesitan para vivir en paz.
Para empezar por fin a construir una paz justa y duradera, exijamos un alto el fuego inmediato, la devolución de todos los rehenes a sus familias y movilicémonos para obtener la liberación de Marwan Barghouti y de todos los demás presos políticos palestinos.